martes, 11 de octubre de 2011

Ahora es preciso que sacudas tu pereza

-Ahora es preciso que sacudas tu pereza--me dijo el Maestro- porque no se alcanza la fama reclinado en blanda pluma ni al abrigo de las colchas; y el que sin gloria consume su vida deja en pos de sí el mismo vestigio que el humo en el aire o la espuma en el agua. Ea, pues: levántate, domina la  fatiga con la voluntad, que vence todos los obstáculos mientras no se envilece con la pesadez del cuerpo. Tenemos que subir todavía una escala mucho más larga. Fragmento del canto XXIV  infierno, la Divina Comedia.
Dante en su viaje a través del infierno, es exhortado por Virgilio a continuar el camino. La pereza, el desánimo, la fatiga; son continuas compañeras durante toda la vida: ¿por qué continuar?. ¡Porque nos espera la Gloria!, no la gloria que da el mundo, que es nada. ¡Nos espera la Gloria de Dios! y Dios y toda su creación aguarda expectante nuestras obras.


"Y considero que los sufrimientos del tiempo presente no guardan proporción con la gloria que se nos prepara y va a ser manifestada. Porque la creación, en ávida y desvelada espera, aguarda paciente la manifestación de los hijos de Dios" (Romanos, 8:18-19)

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